Necesitamos el apoyo de los demás para sentir que no marchamos solos en el camino que vamos a empezar a recorrer.
Tal vez llevas mucho tiempo pensando en tomar una decisión que cambiará tu vida y necesitas que las personas que conforman tu círculo familiar levanten en lo más alto su dedo pulgar para que tú puedas proceder a la aventura.
No hay que tener un doctorado en psicología para entender este fenómeno.
Es muy normal que se le pida a la familia de una persona que ha caído en la droga, el alcohol o cualquier tipo de enfermedad de la mente y que quiere rehabilitarse o sanarse que apoyen fuertemente al paciente para lograr su recuperación.
Esto hace más fuerte al paciente para superar el problema.
¿Qué tiene que ver esto con un emprendedor?
¡Mucho! Tomar la decisión de convertirse en emprendedor no es algo fácil.
Cuántos años tuve esa idea en mi cabeza y cuántas veces me dije que renunciaría a mi trabajo.
Perdí la cuenta la verdad, pero lo hice. Y fue una decisión que cambió mi vida para siempre.
Si, tome una gran decisión, pero antes de hacerlo me aseguré de tener el apoyo de mi familia y mi pareja.
Era algo importante, pero si no lo obtenía tampoco me iba a detener.
Este barco ya había zarpado.
Te apoyan si haces lo que todos hacen.
Papá y mamá conservadores quieren que vayas a la universidad para que aprendas mucho, seas el mejor y cuando salgas te consigas un trabajo donde apliques todo lo que aprendiste y cobres un sueldo.
Recuerda que también debes casarte y tener hijos para que no te quedes beato.
Cuando dices que quieres hacer esto tu familia hará hasta lo imposible para pagar tu educación.
¿Y sabes por qué te apoyarán incondicionalmente?
Porque es algo seguro, es lo que todos hacen.
“Para dónde va Vicente para dónde va la gente”. Es un dicho popular.
Quiere decir que debes hacer lo que todo el mundo hace, porque es algo seguro.
Cuando decides que quieres emprender, las cosas cambian. Por lo general el poyo no aparece con el mismo entusiasmo o sencillamente no aparece.
Esto ocurre porque el 95% de las personas están programadas para hacer lo que todos hacen.
Estudiar, trabajar, cobrar un sueldo, repetir el ciclo.
Emprender es sinónimo de riesgo, peligro y aventura, palabras que no todos están dispuestos a capotear.
Además, existe algo que hace que emprender tenga una connotación aún más oscura, y es el miedo a la incertidumbre, miedo a no saber qué va a pasar.
Tal vez tú lo has meditado y sabes lo que se te viene, pero tu familia y tus amigos, esos mortales que tú quieres que te apoyen se llenan de terror al ver el abismo al que supuestamente te diriges.
Puedes tener la idea más fabulosa y revolucionaria del mundo, pero el apoyo para ti será complicado.
Serás el loco de la familia.
Y para las ideas de un loco hay poco apoyo moral y menos económico.
Nadie va a salir a hipotecar la casa para apoyar tu idea.
Apoyo moral, no económico.
Cuando buscas apoyo lo puedes encontrar de dos tipos:
- Moral.
- Económico.
El que más necesitas es el moral.
Ese es el apoyo que te mantiene en carrera. Si tienes dinero, pero no tienes motivación, lo perderás todo.
Por eso el apoyo que más busca un emprendedor en su familia es el moral.
Cuando te lanzas a la aventura de emprender encuentras incontables obstáculos mentales, cosas como no puedo, es difícil, eso no es para mí, no voy a ser capaz, entre otras frases aparecerán constantemente para anclarte a la vida cómoda que tienes.
Una palabra correcta en el momento adecuado, una frase, una historia o una anécdota de parte de tu padre, madre, hermanos o amigos a veces son suficientes para dejar de comer polvo y levantarse para seguir en carrera.
Cambiar el chip.
Haces lo imposible y ruegas a todos los dioses para que tu familia y amigos respondan con alguna mueca positiva a tu petición de apoyo.
No es tu culpa que no crean en ti. No es tu culpa que no se lancen de cabezas contigo a la aventura de emprender.
Lo que ocurre es que dentro de sus cabezas hay un chip programando lo que es seguro y lo que es riesgoso y si algo es riesgoso, el chip les dice que deben buscar dónde resguardarse, por lo tanto, quieren lo mismo para ti.
Qué debes hacer si no te apoyan.
No te preocupes si no recibes apoyo de tus seres queridos, si lo que quieres en tu vida es emprender, entonces comienza.
No puedes esperar a que todos los semáforos de una calle estén siempre en luz verde, eso nunca sucederá.
Trabaja en tus proyectos con mucha pasión y disciplina y verás cómo las miradas de todos los que no creyeron en tu aventura se volcarán inevitablemente sobre ti.
Quieren subirse al barco cuando has triunfado.
Cuando empieces a ver los resultados de tu emprendimiento muchas personas que nunca quisieron apoyarte seguramente comenzarán a darte consejos sobre cómo hacer mejor las cosas.
Lo más probable es que también aparezcan aquellos que querrán proponerte una sociedad.
Eso quiere decir, que lo que has hecho es bueno y esos que ahora si creen en ti querrán subirse al barco triunfador contigo.
Sin embargo, no culpes a tu familia por no apoyarte.
Recuerda que tienen un chip diferente instalado en sus cabezas que es muy complicado de cambiar.
¿Cómo ha sido el apoyo de tus seres queridos en tus proyectos?
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